1/5/15

DÍA MUNDIAL DE LA PRENSA


EN COLOMBIA EL PERIODISMO SE EJERCE CON ESCOLTA


En el Día Mundial de la Libertad de Prensa Colombia no celebra. La impunidad frente a los casos de crímenes es rampante. Solo en uno de más de 140 asesinatos la justicia condenó a 3 personas. Hoy hay 100 comunicadores con medidas de protección.

"No podemos continuar con un periodismo escoltado" 




En Colombia pasamos de periodistas asesinados a periodistas escoltados. Esa realidad es abordada por el investigador Germán Rey, director del Centro Ático de la Pontificia Universidad Javeriana, en un informe auspiciado por el Centro de Memoria Histórica, sobre lo que le sucedió a los periodistas en Colombia durante 37 años. Una de sus conclusiones es contundente, “lo acontecido conduce al secuestro de la verdad y a que en el país haya zonas donde el oficio casi que no sobrevive a la violencia”.

Hoy 3 de mayo, cuando se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, los hechos siguen asustando. La Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) reporta 143 casos de periodistas asesinados desde 1977 hasta la fecha; otros subregistros abordados por el investigador Rey, dan cuenta de 152 muertos; solo en el 2014, 164 comunicadores fueron amenazados o agredidos y en el 2015 van 51. En la actualidad una centena de periodistas tienen medidas de protección, pues es la única forma de ejercer el oficio y no morir en el intento.

¿Qué le pasó al periodismo colombiano en estos 37 años?Se produjeron 152 asesinatos de periodistas por razones de oficio. Y la cifra la damos apegados al trabajo que ha hecho la Flip y la cotejamos con informaciones documentales, artículos e informaciones en revistas para tratar de llegar a un número preciso. Pero no solamente han sido los 152, sino una cantidad de comunicadores amenazados, exiliados, perseguidos en su trabajo diario, secuestrados, expulsados, desplazados. Una realidad de una gran significación.

¿Qué busca el proyecto del Centro de Memoria Histórica?Este informe forma parte de un gran proyecto de país, que es tratar de reconstruir la memoria sobre hechos de gravedad vinculados a la violencia de los actores de la guerra colombiana.

¿Qué es lo más duro que revela su investigación?Antes que revelar, lo peor que confirmamos es la gran impunidad. Solo hay un caso del que se conoce victimario, el del asesinato del subdirector de La Patria, Orlando Sierra. El 50 por ciento de los casos prescribieron y ya los colombianos no sabremos quiénes son los responsables y tampoco lo sabrán sus familiares, gente que los conoció.

¿A qué está asociada la impunidad frente a este escenario de crímenes y amenazas no resueltos?A una enorme y profunda crisis de la justicia, a una crisis de liderazgo del Estado, a una apatía de la propia sociedad frente al papel del periodismo y la defensa de los derechos civiles. A una estrategia de los violentos, no solamente para asesinar a los periodistas, sino la verdad sobre los procesos.

¿Y qué es lo que más triste que muestra el informe?La profunda soledad de los periodistas asesinados. Hay muchas historias que así lo confirman. La soledad se refleja en cómo han ejercido el oficio, cómo trabajan, quiénes los apoyan, qué sucede después de que publican la historia. Allí hay un enorme relato de soledades tanto en la producción como después en el impacto, en los resultados y en cómo queda el periodista desprotegido, casi abandonado, frente a las fuerzas terribles de la violencia. Eso le ha sucedido a los más humildes y a los más encumbrados periodistas. El informe del Centro de Memoria intenta mirar, valorar los hechos, transformarlos en una especie de memoria, para que los colombianos puedan encontrar los nombres, todo alrededor de esos homicidios, como un enorme gesto de memoria y de pedagogía hacia el futuro de esta sociedad.

¿Qué dibujan los crímenes a periodistas?Una gran parte de ellos ocurrieron en regiones muy vinculadas con actores violentos y son periodistas de pequeños medios, particularmente de medios ciudadanos o comunitarios. Ese asunto es muy grave si se analiza de la siguiente forma: muchos periodistas muertos eran de radio o de pequeñas publicaciones en que prácticamente toda la redacción era el periodista, pero él era la única forma de que esa población se informara.

¿Hay algunas características específicas de la violencia contra los periodistas según sus victimarios?Sí. Todas son violencias denigrantes de la dignidad humana, pero hay estrategias ilógicas y diversas en esas violencias de los narcos, los paramilitares, las guerrillas, los políticos corruptos, los agentes del Estado y las bandas criminales, que son los victimarios. El informe trata de desentrañar esas lógicas que presiden las estrategias guerreras, específicamente contra el periodismo. Ello nos conduce a los profundos cambios que hay en los medios en general. El periodo de la violencia contra los periodistas, es el mismo periodo en que el periodismo colombiano se ha transformado de manera radical y evidente.

¿Por qué matan a los periodistas en Colombia?Porque la información es peligrosa para los violentos y es un contrapeso al poder macabro de ellos. Porque hay temas neurálgicos en el centro de la violencia, que al ser tocados por el periodismo y los periodistas, suscitan una reacción inmediata, fuerte y desmesurada por parte de los victimarios. Porque el periodista en las regiones tiene un liderazgo, es querido y reconocido por la comunidad y es probablemente uno de los pocos canales que tiene la población para informarse, y por eso los persiguen. Han matado periodistas porque han querido acallar las voces que enfrentaban la corrupción, el poder desmesurado, los problemas de los estados locales, la cooptación por parte de los violentos. Y porque quieren quebrar uno de los vínculos de confianza que existen en la comunidad, tratando, entre otras cosas, de generar miedo y terror. No puedo dejar de mencionar otro punto y es la relación entre el periodismo y otros actores de la comunidad. Ahí se dan relaciones santas y no tan santas. Las situaciones de victimización, algunas veces, no son tan blancas o negras, pues hay zonas más grises, como la vinculación del periodismo con poderes locales, con líderes políticos y ello deriva en problemas.

¿Qué regiones marcan una tendencia fuerte de violencia contra los periodistas?Valle del Cauca, el Caribe, Arauca, Caquetá, Bogotá y los santanderes.

¿Cómo enfrentó la comunidad y el propio periodismo estos crímenes en Colombia?El país tiene ejemplos de periodismo valiente. Periodistas que investigaron y aún lo hacen, que denunciaron y continúan. Y también tenemos experiencias de esa movilización. María Teresa Ronderos dice que Colombia en eso es un ejemplo de “solidaridades voluntarias”.

¿Se puede hoy hacer un periodismo con tranquilidad?Lo que concluyo es que todo es muy duro. Tengo una enorme preocupación sobre las relaciones entre corrupción y periodismo; sobre ciertos problemas del país que pueden desencadenar situaciones contra los periodistas, como el cubrimiento de temas relacionados con la minería y el de las bandas emergentes y sus eventuales posacuerdos. No se puede estar tranquilo en un país donde más de 100 periodistas tienen medidas de protección. ¿Cómo podemos pensar en tranquilidad con periodistas que tienen que ir escoltados o en carros blindados para ejercer el periodismo? El periodismo no puede ser un periodismo escoltado.

Unidad de Datos. Fuente del mapa: FLIP

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