Lionel Messi corría al arco norte del Arena de
São Paulo. Lloraba. Se deja ver él, lejos de su fama. Corría para
atrapar a Romero, figurón de la clasificación de Argentina a la final
del Mundial de Brasil, de darle un beso a Maxi Rodríguez, el del cobro
definitivo. Y entonces lloraban y reían al tiempo todos, adentro y
afuera de la cancha, como niños. (Reviva acá la crónica interactiva de la clasificación de Argentina a la final).
¡Argentina finalista! "Brasil decime qué se
siente, tener en casa a tu papá"… era el grito ensordecedor. Una tanda
de penaltis que se cerró en 4-2 logró que en América Latina no hubiera
final europea. No es un mérito menor. Si, gracias Argentina. (Imágenes: la tristeza de los hinchas holandeses tras la semifinal).
Al final reían todos como niños en piñata, sin
camisa en este intenso frío. La culpa fue de Romero, el tan criticado
Romero, que se vistió de héroe como los grandes, en las instancias que
cambian para siempre la historia. Desde los 11 pasos, atajó Romero el
remate de Vlaar y repitió la dosis al cantado remate de Sneijder.
Mientras, no fallaba un solo argentino: anotaron Messi (impecable como
siempre), Garay, Agüero y Maxi Rodríguez y estallaba la tribuna en
llanto. (Lea aquí: Sergio Romero, la figura de Argentina contra Holanda).
Los penaltis parecían pactados desde el pitazo
inicial. El efecto 7-1 se hizo sentir en el inicio del partido. Ni
argentinos ni holandeses son tontos y era preferible, aún a expensas del
espectáculo, no dar ventajas.
Fue un primer tiempo de consultorio médico. Un
examen diagnóstico eterno de lado y lado que solo se rompió en el
minuto 13, con un lujo en el pase de Higuaín a Pérez para el tiro libre
de Messi que atajó seguro Cillesen. Principio y fin de las llegadas a
los arcos en los primeros 45 minutos. De nuevo holandeses y argentinos
volvieron a la camilla y siguieron examinándose. (Vea también: las mejores imágenes del partido entre Argentina y Holanda).
De Jong, el de la recuperación milagrosa –lo
habían descartado para el resto del Mundial y este miércoles fue
titular-, se metió casi en la misma camisa del 10 argentino y no le dio
respiro; lo propio hicieron los latinoamericanos con Robben, solo que se
lo turnaron entre Rojo y Demichelis.
El dato del resumen: 47 por ciento de tenencia
del balón de Argentina frente a 53 por ciento de Holanda. Partido
táctico, dirían algunos. Partido trabado que por momentos, en la helada
tarde de São Paulo, invitó al bostezo, lo que veíamos otros en la
tribuna.
Segundo tiempo, Van Gaal más animado buscó el
partido con el ingreso de Janmaat y sale De Jong, quien no aguantó más
en el campo, para tranquilidad de Messi.
Entonces, hubo un protagonista: la lluvia. Una
descarga de cinco minutos que alcanzó para helar los huesos –y las
ideas- en la cancha y que hacía anhelar un buen cafecito en la tribuna.
De fútbol, lo mismo: precaución total. ¿Messi?
¿Robben? Neutralizados, agotados por lo difícil del campo y lo
eficiente de las tareas de marca sobre ellos. ¿Van Persie? Claramente
tiene más que un dolor de estómago, como dijo Van Gaal, pues no fue ni
sombra del delantero inquieto, audaz, ambicioso del inicio del torneo.
La lluvia no cedía. Al fin se apiadó Higuaín,
con uno de esos remates a la malla que en la tribuna se cantan como gol.
Una oportunidad de aplaudir para calentar las manos, nada más. La más
clara de Holanda se haría esperar hasta el último minuto del tiempo
regular, cuando Robben se les escapa a los centrales para recibir el
pase de Sneijder y en el remate mismo la pierna salvadora de Mascherano
obliga al alargue.
Una más de milagro tendría el buen Mascherano
al inicio del tiempo extra cuando de nuevo Robben burló la emboscada de
Demichelis y Zabaleta para quedar de frente al arco.
El marcador, el mismo que se desplomara en la
cancha en el inicio del partido y diera un tremendo susto, respondía con
carácter. Se fue la lluvia y volvieron las ganas argentinas: la tuvo
Palacio al minuto 98 en una llegada de Palacio a lindo pase de Messi que
terminó en un inexplicable remate a manos de Cillessen y otra de Maxi
Rodríguez con el mismo libreto, lindo pase de Messi y 0-0 el marcador.
Sin más interés en resolverlo en juego, fue la hora de los penaltis.
Messi, que este miércoles no jugó su mejor
partido, anunciaba desde la primera ronda que volvería al Maracaná el 13
de julio. No fallará a su cita con la máquina alemana que arrasó al
local y peleará con su vida por el título que parece mantenerlo vivo.
Argentina va por lo suyo en la casa de Brasil. De ironías y desafíos
monumentales está hecho el fútbol.
Síntesis
Argentina 0(4)-0(2) Holanda
Argentina: Sergio Romero;
Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Ezequiel Garay, Marcos Rojo; Enzo
Pérez (Rodrigo Palacio, 36 ST), Lucas Biglia, Javier Mascherano,
Ezequiel Lavezzi (Maxi Rodríguez, 11 PTE); Lionel Messi, Gonzalo Higuaín
(Sergio Agüero, 37 ST)
DT: Alejandro Sabella.
DT: Alejandro Sabella.
Holanda: Jasper Cillessen;
Dirk Kuyt, Stefan de Vrij, Ron Vlaar, Bruno Martins Indi (Daryl Janmaat,
1 ST), Daley Blind; Georginio Wijnaldum, Wesley Sneijder, Nigel de Jong
(Jordy Clasie, 17 ST); Arjen Robben, Robin van Persie (Klaas-Jan
Huntelaar, 6 PTE)
DT: Louis Van Gaal.
DT: Louis Van Gaal.
Tiros acertados desde el punto penal Holanda: Robben, Kuyt
Tiros acertados desde el punto penal Argentina: Messi, Garay, Agüero, Maxi Rodríguez
Estadio: Arena São Paulo
Asistencia: 63.267
Árbitro: Cuneyt Çakir (TUR)
Amonestaciones Holanda: Martins Indi (45 PT), Huntelaar (15 PTE)
Amonestaciones Argentina: Demichelis (4 ST)
JENNY GAMEZ
Enviada especial de ADN
São Paulo
Enviada especial de ADN
São Paulo
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