22/6/11

Tropas relajadas


LARGO & ANCH0

Por Rubén Darío Barrientos G.(rdbarrientos@une.net.co)

Hace cinco días explotó un carrobomba en el Puente de Los Garzones en Popayán, con 50 kilos de anfo. Colombia se turbó ante este hecho, porque hacía rato que no escuchábamos hablar de una noticia de éstas. Estaba recordando que el penúltimo episodio fue el de agosto de 2010, cuando enfrente a la sede de Caracol en Bogotá los terroristas estallaron la misma cantidad de anfo en otro carrobomba. De resto, esta historia parecía lejana y para todos estaba superada desde la era de la “seguridad democrática”.

El 9 de junio último, se presentó el secuestro de tres ciudadanos chinos que trabajan en una multinacional, lo que acaeció en la zona rural de San Vicente del Caguán. El país se ha visto conmocionado por un paulatino deterioro del orden público. Fedegán, por ejemplo, lanzó un S.O.S. por cuanto entre septiembre de 2010 y mayo de 2011, “han sido asesinados 24 ganaderos, se han ejecutado 35 secuestros y se han presentado 75 casos de extorsión, al igual que ha comenzado a rebrotar el abigeato”. Y concluyó diciendo que “la tranquilidad que se vivía en el campo pareciera perderse en esta época reciente”.

Las noticias diarias y lo que nos muestran la televisión, la radio y la prensa, comienzan a desalentar. Eso es innegable. No existe la misma seguridad para transitar las carreteras y, en mi sentir, estamos a pocos meses de que reaparezcan las “pescas milagrosas”. El discurso de Santos es demasiado político y quiere quedar bien con todo el mundo. Algunos ya empiezan a pedir más acción que verbo. En la calle hay temor porque el país se ve blando en su custodia y porque no se respira optimismo en lo que hace referencia a que se reprima el delito con dureza.

¿Qué está pasando?, se pregunta la gente. Si examinamos con detenimiento las declaraciones del General Gustavo Matamoros, llamado a calificar servicios el 20 de abril, empezamos a hallar algunas razones. Él habla de que hay soledad en las tropas, una fuerte desmoralización del ejército y manifiesta falta de respaldo a los hombres. Matamoros discutió con el mando la baja motivación de los uniformados y habló de “disminución de combates por temor a terminar presos”.

Existe tensión en las fuerzas militares, lo que es algo inocultable. Frente a la milicia, decía un articulista, “existe la presunción de culpa que no la de inocencia”. Y como es evidente que después de los combates se abren investigaciones por doquier, los batallones hacen la fácil hogaño: prefieren evadir el choque por miedo a terminar en la cárcel. Por eso ya se puede hablar de tropas relajadas. Además, es indudable que las condenas de Arias Cabrales y Plazas Vega, arruinaron en los militares el ánimo.

El espejo retrovisor muestra que la condena de 27 oficiales, fue la génesis de la desmoralización del ejército por cuanto se salpicó a un ícono: el general Mario Montoya Uribe, héroe de la “operación jaque”. Álvaro Uribe llamaba todos los días a los generales, les daba voces de estímulo y presionaba los logros. Santos que no tiene ni el carácter de Uribe para ello, ni su genética, ni su guerrerismo, en apenas un año de gobierno está perdiendo la batalla por la seguridad. No hay garantías para los ciudadanos porque hay soledad en las tropas. Esa es la verdad.

No hay comentarios.: