En las últimas décadas, el fútbol de Jordania
no ha logrado atraer mucha atención más allá de sus fronteras. Desde
que la nación árabe hizo su debut en una fase de clasificación para la
Copa Mundial de la FIFA™ en la edición de México 1986, nunca ha estado
tan cerca de clasificarse como ahora.
Jordania
se dispone a medirse a Uruguay, el quinto clasificado de las
eliminatorias de la Zona Sudamericana, los días 13 y 20 de noviembre,
con un billete a Brasil 2014 reservado para el vencedor.
Los Nashama
están ante una verdadera ocasión de poder disputar su primer Mundial y,
tras una serie de excelentes resultados, están teniendo que
acostumbrarse a ser el centro de atención. FIFA.com echa un vistazo a lo más destacado de la campaña clasificatoria de Jordania,
te trae la última información sobre sus jugadores estelares,
estadísticas y cuerpo técnico, y repasa las noticias más importantes del
equipo en los dos últimos años.
Un largo camino
Si finalmente accede a Brasil 2014, Jordania habrá logrado su pase de forma imponente. Tras iniciar su andadura en la segunda ronda de la fase de clasificación asiática, su 9-0 en la ida contra Nepal fue su mayor goleada de la historia, lo que le permitió relajarse en la vuelta para sellar el trámite con un 1-1. La liguilla de la tercera ronda opuso a Jordania contra China e Irak, dos asiduos de las altas esferas asiáticas que saben lo que es jugar una fase final mundialista.
Los
jordanos, todavía eufóricos por su excelente plaza de cuartofinalista
alcanzada en la Copa Asiática 2011, empezaron con fuerza, infligiendo
sendas derrotas a Irak y China antes de consolidar su liderato venciendo
por dos veces a la débil Singapur. Así, con cuatro victorias
consecutivas, fue una de las selecciones más madrugadoras en plantarse
en la cuarta ronda.
Al no haber llegado nunca tan lejos previamente, a Jordania
se le podría perdonar por sentirse optimista, pese a la mayor
experiencia de tres de sus cuatro oponentes: Japón, Australia e Irak.
Pero un flojo arranque en el Grupo B les llevó a firmar un empate en
casa contra Irak, seguido por un contundente 6-0 encajado en Japón, lo
que reducía seriamente sus probabilidades de hacerse siquiera con la
tercera plaza, que suponía disputar una eliminatoria de repesca contra
el tercer clasificado del Grupo A.
Sin
dejarse desanimar por ello, un histórico 2-1 sobre Australia aportó un
rayo de esperanza, así como otro sensacional triunfo posterior por 2-1
ante una selección japonesa que llegaba a la capital jordana, Amán,
confiada en poder sentenciar su clasificación. El billete directo a
Brasil parecía posible entonces, pero después de que Australia le
propinase una paliza en Melbourne (4-0), Jordania necesitaba vencer a Omán en la última jornada para acceder a la repesca continental de la quinta ronda. Y lo logró, por 1-0.
Allí, Jordania
se las vio contra el otro tercero de grupo, Uzbekistán. Al 1-1 en Amán
le siguió un empate idéntico en Tashkent, lo que llevó la contienda a la
prórroga y a una posterior tanda de penales maratoniana de la que acabó
saliendo airosa Jordania, pudiendo centrar su atención sucesivamente en la definitiva repesca intercontinental.
Estrellas brillantes
Todo equipo tiene sus figuras y Jordania no es una excepción, pero el combinado de Asia occidental tiene algo diferente, una estrella tan especial que la apodan “Medio equipo”: el corpulento guardameta Amer Shafi Sabbah. Los colosales esfuerzos bajo palos de La Ballena, dotado de talento para jugar profesionalmente al máximo nivel, han desempeñado un papel importantísimo para que su selección haya llegado tan lejos.
Amer Sabbah,
de 31 años, parecía predestinado al estrellato desde muy tierna edad, y
ya defendía la portería de su país antes de cumplir los 20. Desde
entonces, ha jugado en todos los grandes campeonatos con su selección,
incluidas las ediciones 2004 y 2011 de la Copa Asiática, donde su
concurso fue vital para alcanzar los cuartos de final en ambas
ocasiones.
El espigado cancerbero será baja
para la ida contra Uruguay tras ver una segunda tarjeta amarilla contra
Uzbekistán, pero tiene toda la fe del mundo en la capacidad de sus
compañeros: “Me encantaría jugar ambos encuentros, pero somos una gran
familia y todo el mundo echa una mano.
Juegue quien juegue, no cabe duda
de que tendrá lo necesario para que su selección esté orgullosa de él.
Nuestro objetivo es clasificarnos para el Mundial, y eso supone un
estímulo tremendo para que todos estén en la mejor forma posible de cara
a la repesca. Esperamos poder hacer realidad nuestro sueño”.
La
selección jordana es una mezcla de veteranos que han participado en
varios campeonatos y partidos de alta tensión, y de un grupo de jóvenes
talentosos que han demostrado su valía durante los clasificatorios.
Muchos de ellos juegan en el extranjero, en las ligas más competitivas
del mundo árabe.
Al frente de la lista está
el capitán Amer Deeb Khalil, una pieza clave del ataque del equipo, y
una fuente vital de ocasiones y goles. Asimismo, la excepcional cosecha
goleadora de su compañero de club Hassan Abdel Fattah en la competición
preliminar asiática es uno de los principales motivos de que su equipo
siga con opciones de acudir a Brasil.
A su
vez, el ariete Ahmad Hayed Ibrahim es el único jugador que ha disputado
los 18 encuentros de clasificación de su selección hasta la fecha y ha
marcado goles impresionantes; sobre todo el que valió la victoria sobre
Japón en la cuarta ronda. En la medular, Shadi Abu Hashhash
se ha mostrado muy sólido, ofreciendo una excelente cobertura defensiva
durante toda la campaña. Nueve integrantes de la selección jordana
juegan en el extranjero, y también hay un contingente que hizo sus
pinitos en la escena mundial durante la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA
Canadá 2007.
Liderazgo árabe
Tradicionalmente, Jordania ha gozado de gran éxito a las órdenes de seleccionadores de países árabes. La historia comienza con el difunto Mahmoud Al Gohari, el egipcio que inspiró a sus pupilos para brillar en la Copa Asiática 2004. Un posterior periodo de declive concluyó con la llegada del iraquí Adnan Hamad, que aupó a Jordania de ser colista en la fase de clasificación de la Copa Asiática a clasificarla para la edición de 2011, donde el equipo volvió a llegar a cuartos de final.
Hamad trasladó ese éxito a la presente fase de clasificación mundialista, guiando a Jordania
por primera vez hasta la liguilla de la cuarta ronda. Pero el contrato
de Hamad expiraba justo después de que el equipo pasase a la quinta
ronda, por lo que la Asociación Jordana de Fútbol tuvo que pelear por
convencer a Hossam Hassan para tomar el timón.
Pese
a ser un entrenador relativamente novato, Hassan ha exhibido una gran
confianza, tanto en su propia capacidad como en la de sus jugadores. El
mítico ex delantero egipcio hizo un trabajo muy meritorio que desembocó
en dos empates contra una potente Uzbekistán y, cuando Jordania
se impuso en los penales, derramó lágrimas de alegría. La imagen de sus
jugadores rodeándolo y aupándolo en hombros perdurará mucho tiempo en
la memoria de quienes la presenciaron.
Hassan
parece tener fe en su equipo, y está constantemente haciéndoselo ver a
sus jugadores. Por eso, asegura, la idea de jugar la repesca
intercontinental no debería intimidarles demasiado: “La oportunidad está
ahí para aprovecharla. Vamos a prepararnos para esta eliminatoria
decisiva, y creemos que lo tenemos todo a nuestro favor. Sabemos que, al
final, todo se decide en el campo, y queremos clasificarnos y conseguir
algo histórico para Jordania”.
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