LOS EMPRESARIOS QUE ENTRARON A LA LISTA "CLINTON".
Miembros de la familia Guberek, empresarios
colombianos con ascendiente judío, fueron incluidos en la Lista Clinton.
Están acusados de lavar activos del narcotráfico. Todo empezó con
exportaciones ficticias hacia Venezuela.
A su regreso de Israel, donde suele pasar largas temporadas cuando los
problemas personales o de negocios lo agobian, al empresario Henry
Guberek Grimberg le aguardaba una sorpresa: su nombre y el de su padre,
Isaac Guberek Ravinovicz serían incluidos por el gobierno de Estados
Unidos en la Lista Clinton, la vergonzante base de datos donde aparecen
registradas personas naturales y jurídicas envueltas en lavado de
activos.
La sorpresa planteaba también un problema familiar. Las investigaciones
previas a la inclusión de su nombre, apoyadas por organismos
colombianos, habían incluido una estricta vigilancia a las actividades
de sus hermanos, Arieh y Felipe, y a sus negocios en el sector textil,
en cuyo manejo intervino también la secretaria personal de su padre,
Patricia Ceballos Bueno.
Información validada en Colombia por la oficina de control de activos
extranjeros (Ofac) indica que los Guberek hacían parte de un círculo de
personas y empresas sospechosas de blanquear activos a través de
exportaciones ficticias a Venezuela. De esas operaciones recibieron
divisas aprobadas por el Cadivi, un organismo creado durante el gobierno
de Hugo Chávez para establecer un rígido –al menos sobre el papel–
sistema de control cambiario y de flujos de divisas.
Otros recursos provenían de cuentas de venezolanos en el exterior que
habían migrado con sus capitales debido a que hasta 2011 el gobierno de
ese país prohibía a sus nacionales manejar cuentas en esa divisa. “Ese
hecho se convirtió en un incentivo para que esos recursos terminaran
favoreciendo el blanqueo y las exportaciones ficticias”, explica Ana
María Camacho, directora de Investigaciones Económicas de la Cámara
Colombo-Venezolana de comercio.
Sin embargo, el grueso de los recursos blanqueados provenía de redes del
narcotráfico que confiaban el camuflaje u ocultamiento de sus recursos a
Ayman Saied Joumaa y a Evaristo Linares Castillo, vinculados a procesos
judiciales tramitados en Miami. Según el Departamento de Estado, esos
recursos servían para lubricar financieramente el aparato terrorista de
Hezbolá.
“La acción del día de hoy –se lee en la declaración oficial de la
Embajada de Estados Unidos en Bogotá– se fundamenta en la continua
campaña del gobierno de los Estados Unidos por perseguir redes globales
del narcotráfico, incluyendo a la dirigida por Ayman Joumaa, cuyas
empresas globales de narcóticos se han extendido desde Sur América hasta
África, y han beneficiado a grupos terroristas como Hezbolá. Al
designar a los individuos y entidades detrás de esta organización de
lavado de activos, el Departamento del Tesoro ha dado otro paso para
proteger el sistema financiero internacional del abuso por parte de
narcotraficantes, lavadores de dinero y terroristas”.
En familia
Así, lo que comenzó como una investigación sobre blanqueo a través de
exportaciones ficticias y contrabando, terminó convertido –desde la
óptica de Estados Unidos– en la identificación de un red de trasiego de
dinero que sirve para financiar grupos terroristas internacionales.
Guberek, un empresario perteneciente a la comunidad judía, no es el
único colombiano que quedó sometido desde el martes 9 de julio, cuando
se hizo el anuncio oficial, a las consecuencias de la inclusión en una
lista que para la mayoría de quienes están en ella implica en muchos
casos una muerte comercial.
Hay cuatro empresas más cuyas razones sociales no se mencionan porque no
han sido oficializadas en los requerimientos hechos, por separado, por
la DEA y por la corte del Distrito sur de la Florida.
La mayoría de esas sociedades son, sin embargo, comercializadoras de
productos textiles, una de ellas con presencia muy activa en la zona
franca de Cúcuta. También se encuentra una agencia de control de divisas
que tiene sus oficinas en el norte de Bogotá.
Dinero se comunicó con la oficina de Henry Guberek. Sus asistentes
dijeron no tener información oficial sobre la inclusión en la Lista
Clinton y que, en consecuencia, consideraban prematuro hacer algún
comentario al respecto.
Aparte de la inclusión en la Lista Clinton, la Fiscalía colombiana está
evaluando los indicios que obran contra estas personas y contra los
representantes legales de las empresas involucradas para decidir la
apertura de procesos por lavado, falsedad ideológica y posiblemente
otras acciones orientadas a la extinción del dominio de sus bienes que
puedan ser producto de operaciones ilícitas.
Las pesquisas de la justicia colombiana tienen soporte en la información
recabada por organismos como la Uiaf y en la ofrecida también por Mark
Trouville, agente especial de la DEA. Para él, los Guberek son las
cabezas de una auténtica transnacional de lavado de activos.
En el informe rendido ante la dirección de la agencia, el agente
especial consignó que Guberek Ravinovicz y Guberek Grimberg se apoyan
principalmente en empresas textileras basadas en Colombia, y
ostensiblemente legítimas, para involucrarse en lavado de activos a
través de operaciones de comercio exterior.
El dinero del narcotráfico transita entre cuentas en España, Hong Kong,
Estados Unidos, México, China, Israel, las Islas Caimán y Venezuela,
como también en otros países de Europa y América Central.(dinero.com)
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