8/1/11
OREJAS PARA VICTOR PUERTO Y EL FANDI.
Manizales ( Por Guillermo Rodrìguez )
El encierro de Fuentelapeña no llegò a las cotas de calidad y bravura ( claro) que hubiera querido "el viejo "Abraham Doninguez. Sus hijos salvan el expediente con ese primero noble, mansito y con calidad y el juego del quinto y sexto aunque, en el conjunto a la corrida le faltò esa chispa, ese fusible de la casta que hace que el toro " eche pa"alante".
Es la caja vacìa hermosamente empaquetada. Si no hay casta, estamos a la deriva.
Victor Puerto cortò una oreja de peso ( oro ) y El Fandi otra que no entrarà a la historia. Se perderà en la niebla manizaleña.
La corrida , eso sì, bien presentada y algunos toros con hechuras
Total, que nos vamos a medias.Ese sexto ,cambiante, de menos a màs y luego a menos en un sube y baja que no està acorde con lo antiguo de la casa, eso de Samuel Flores que Luis Miguel Dominguin le sugiriò que trajera a Colombia "el viejo". Y que cumpliò a rajatabla.
Para mi gusto hay una mezcla que esta nueva generaciòn de ganaderos ha hecho y que no ha dado los resultados esperados. respero total a ellos pero no lo puedo compartir.
VICTOR PUERTO
Cuando un torero es capaz , se mete en faena, explora, posee torerìa y su ser apasionado lo lleva a respetar las lìneas maestras del toreo de siempre, la Fiesta goza de buena salud.
Vamos a ver. El Primero de Puerto, el 417, el de màs cara de la corrida, se iba a tablas, el torero lo llevaba a los medios, lo lidiaba por bajo con temple y una hondura que se inserta en las antiguas y rancias tauromaquias. La solidez le permite ligar, el temple a que afloren las virtudes ( unas veces seràn muy pocas que no llevaràn al toro al santoral de la bravura y otras èl hombre lo guiarà por el camino peregrino que le marca el torero). Puerto sabìa de la nobleza y aplica esa sobriedad de la lentidud, de la armonìa del director de orquesta con piezas de Mozart que requieren de una delicada batuta. No hay trallazos, ni gestos violentos .El toro se vuelve a ir , cobardon bendito pero el torero como el buen mèdico receta la medicina del temple y uno de pecho largo como el puente de San Francisco, y las trincheras para que el maestro Roberto Domingo las dibuje en un cuadernillo. Tandas, remates y detalles como revivir en Manizales el muletazo del maestro Antonio Bienvenida que lo daba con el engaño convertido en un cartucho y dejaba pasar ( toreando ) al astado.
No se puede estar màs centrado, màs torero,con màs empeño acompañando la embestida del toro, con màs honradez ( valor a mares ) queriendo complacer a quien va a taquilla comprar el boleto y dulcemente envuelve en papel fino de celofàn con su toreria su quehacer torero.
Ese espectador agradecido saca su pañuelo y en una fiesta coral en el tendido pide la oreja que el palco concede en medio de las aclamaciones.
Su segundo, con màs complejidades. Tiene que tocarle los costados para atemperar al andarìn toro que pone en evidencia su baja casta. Lo mete en la muleta ( en el talego, decìan los viejos revisteros ). Toro sin celo que pega cabezazos como un boxeador mentiroso en el ring. Toro muy deslucido y un Puerto que saca las herramientas de la paciencia benedictina para no aburrirse con el distraìdo ejemplar. Dirìa, si me lo permiten los lectores, que es un toro desordenado en la embestida. Se vacìa el torero pero no hay caso. El toro no vale un pimiento.
EL FANDI
En estos tiempos de rapidez, el granadino va como una moto, hace la moviola ( corre hacia atràs ), pone banderillas, el gentìo grita y èl dàle que te pego con una vulgaridad circense. Corre, corre caminero.
Dicen que estos toreros son necesarios para el empresario pero lo que se demostrò es que no llevan tanta gente porque esa màs de media plaza muestra que no apetece verle como se creìa.
No me llega su manera de entender el toreo , baja mucho con la muleta donde ese instrumento que crea belleza se convierte en èl en un trapo.
Cortò una oreja.
BOLIVAR
El vallecaucano tuvos dos toros de distinto comportamiento.
Su primero, sin fuerza, sin chispa, cobardòn, apagadito. Con esos mimbres no sepuede hacer cestos.
Su segundo, el precioso castaño chorreado. Viloria pica con belleza èpica. El toro se mueve pero es de irregular comportamiento en sus embestidas.. Dobla las manos y Bolivar aprovecha en los medios que va pronto. Se queda corto por el izquierdo. Es mejor por el derecho y hay trazos de singular belleza. Ay!! El toro se va diluyendo en su poca casta, se para. Como es tan cambiante, de pronto mete la cara pero , entonces, de menos a màs , y a menos. Aunque no lo crean. Lo constatè. Recuerden lo distraìdo que fue con el capote.Luego mejorò y màs tarde empeorò como un enfermo cardìaco que no tiene cura.
No estuvo fino Bolivar con la espada pero sale con la dignidad de los deberes exhibidos del torero que es nuestro buque insignia en la torerìa andante.
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