Los refuerzos extranjeros son futbolistas de equipos chicos de sus países, de buen nivel pero que no tienen la proyección para, al igual que los nuestros, saltar a equipos poderosos y con buen respaldo monetario.
Pero la historia indica que en la liga colombiana también lucieron futbolistas de talla mundial, incluso varios de ellos representaron a sus países en una Copa Mundo.
Los ojos del ‘planeta fútbol’ vieron en Colombia a una constelación de estrellas internacionales, que ayudaron a potenciar la calidad de nuestro balompié y ubicó a equipos como Millonarios, América de Cali o Atlético Nacional en la vitrina de América.
‘El Dorado’, un toque de distinción al fútbol de la década del 50
La huelga del futbol argentino, que se desató en 1948, fue vista como la oportunidad perfecta para que en Colombia se contrataran a grandes estrellas del sur del continente. Millonarios, con su dirigente Carlos Aldabe, trajo a Adolfo Pedernera para reforzar al equipo azul de Bogotá. Desde ese momento, el apogeo de extranjeros se potenció.
Alfredo Di Stéfano y Néstor Raúl Rossi fueron los siguientes argentinos en llegar a Millonarios, que contrató al también argentino Julio Cozzi, al uruguayo Raúl Pini o al peruano Ismael Soria. Y claro, los demás equipos no quisieron quedarse atrás, por lo que exploraron el mercado extranjero.
Ramón Villaverde, uruguayo, jugó en Cúcuta; años más tarde reforzó al Barcelona español. Aristóbulo Deambrossi reforzó al Bucaramanga, que también vio desfilar a nombres como Norberto Juan Peluffo. Deportivo Cali contrató al peruano Valeriano López o al argentino Jorge Castro; el Medellín tuvo a Roberto Drago y el Deportes Caldas, equipo de Manizales, se atrevió a traer al lituano Kriscuonas Vitatutas. Extranjeros que no decepcionaron y mucho de ellos emigraron luego de terminar la época de ‘El Dorado’.
Los ochenta, tiempo permeado por dineros calientes
Pasaron 30 años para que el fútbol ‘cafetero’ volviera a hacerse grande y a tener poderío económico para hacer realidad los sueños de los equipos de traer a jugadores de reconocimiento en el continente y en el mundo.
Incluso, muchos de ellos fueron mundialistas o representaron a sus seleccionados, reflejando la talla y el nivel de futbolistas extranjeros que pasaron por el balompié nacional.
Aunque desde el sur del continente llegaron argentinos, uruguayos o paraguayos, también lucieron ídolos del fútbol peruano, como César Cueto (Nacional), Guillermo La Rosa (Nacional) o Julio César Uribe (Junior).
Los hinchas de Atlético Junior todavía recuerdan a Edgardo el ‘Patón’ Bauza o a Carlos Ischia, argentinos que lucieron en Barranquilla. Otro club como el Deportivo Cali lució en su momento con paraguayos de selección, como Roberto Fernández o Jorge Amado Nunes. Y Santa Fe tuvo al arquero de la selección uruguaya Fernando Alvez.
Pero al lujo y orgullo de tener esas figuras foráneas, se unía la vergüenza de que los principales carteles del narcotráfico financiaran a algunos clubes, que se llenaron de internacionales de primer nivel a costa del dinero que producía el delito.
Eso sí, jamás se olvidarán a los grandísimos jugadores que divirtieron a los aficionados en los estadios del país y que añoran muchos por su calidad.
América de Cali fue uno de los equipos que más extranjeros vio desfilar: Roberto Cabañas, Gerardo González Aquino y Juan Manuel Battaglia, de Paraguay, o los argentinos Julio César Falcioni, Ricardo Gareca, lideraron una seguidilla de títulos locales en esa década.
Atlético Nacional se concentró en tener grandes jugadores colombianos, pero también tuvo a mundialistas como el argentino José Luis Brown. Mientras que Millonarios también recuerda a argentinos como José Daniel Vantuyne, Marcelo Trobiani, Sergio Goycochea o Juan Gilberto Funes.
Todos esos nombres dejaron huella en el fútbol colombiano y escribieron una página memorable. Hoy el balompié nacional se destaca por cosechar futbolistas locales, los potencia y los exporta. Sin embargo, muchos aficionados sueñan con volver a disfrutar de verdaderos refuerzos internacionales, aunque la realidad económica dicte otra cosa.
Redacción Futbolred
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