12/7/14

Brasil no disimula su tristeza

Brasil se despidió del Mundial en cuarta posición. La pesadilla continuó contra Holanda, aunque esa pena no acaba aquí. Durará toda la vida y no pudo disimular lo que siente. La Oranje sí se marchó del torneo con todas las de la ley.
ENCUENTRO FINALIZADO [Act. min 97]
0 - 3
BrasilHolanda
4-2-3-1L. FELIPE SCOLARI3-4-1-2L. VAN GAAL

12
J. CÉSAR
23
MAICON
3
T. SILVA
4
D. LUIZ
14
MAXWELL
18
HERNANES
5
FERNANDINHO
7
HULK
19
WILLIAN
11
OSCAR
21
JO
22
VORM
3
D. VRIJ
2
VLAAR
4
M. INDI
15
KUYT
13
VELTMAN
8
D. GUZMÁN
7
JANMAAT
20
WIJNALDUM
9
V. PERSIE
11
ROBBEN
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Es posible que Brasil jamás olvide lo que pasó hace unos días. Al lado de las cinco estrellas de su escudo la sombra del Mineirazo será alargada. Su bandera sigue a media asta y contra Holanda no pudo disimular su pena. El sueño se ha convertido en una pesadilla que, hay que decirlo, será mayor si cabe como Argentina conquiste el mundo en Maracaná.
Ha pasado muy poco de la trágica noche contra Alemania y Brasil todavía no ha tenido tiempo ni de intentar mirar hacia delante. Perdió contra Holanda, aunque una victoria tampoco hubiese consolado a nadie. Brasil tendrá para toda la vida esa pena, esos siete goles germanos que se clavaron hasta el fondo de la historia del fútbol brasileño. El recuerdo del Maracanazo y del Mineirazo será igual de eterno que sus cinco campeonatos.
Holanda, buen final
El partido de la tristeza, no obstante, lo aprovechó Holanda para irse bien del Mundial. A Brasil le sirvió para empeorar más el que iba a ser su campeonato. Todo se volvió en su contra. Ya estaba perdiendo a los tres minutos de partido. Robben, liberado sin argentinos persiguiéndole, se escapó de Thiago Silva y cayó dentro del área. La falta fue fuera, pero el árbitro la metió dentro. El error del argelino Djamel Haimoudi fue doble porque no expulso al central cuando estaba solo ante el peligro. Van Persie no perdonó desde el punto de penalti.
Holanda contó con espacios y disfrutó. A Brasil le pasó justo lo contrario. El sufrimiento fue extremo. Concedió el primero y regaló el segundo. De Guzmán entró por la derecha (fue titular a última hora por lesión de Sneijder) y David Luiz pareció enemigo de Brasil. Quiso despejar y su toque se convirtió en una asistencia para Blind. El defensa despejó donde nunca hay que hacerlo y el holandés marcó el segundo.
Después, Brasil intentó lavar una imagen que no tenía arreglo. Lo intentó Oscar como el que más buscando faltas cerca del área. Era para lo que había quedado el equipo de Scolari. Casi todas las armas se las habían quitado los alemanes.
Un feo epitafio 
Sin fútbol, Brasil se dedicó a pagar su ira con las piernas de los holandeses. Ocurrió en la segunda mitad. Holanda retrató a la defensa local y Brasil sólo pudo parar a su rival a base de faltas. Algunas rozaron la cartulina roja.
El gol de Wijnaldum en el descuento, el 0-3, puso la rúbrica a la noche. Holanda merecía irse así y Brasil celebró el final de un Mundial que, no obstante, nunca acabará. Será el Mundial del campeón (alemán o argentino), pero también la Copa del Mundo en la que Brasil faltó al respeto a su grandiosa historia. La pesadilla durará por los siglos de los siglos.
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